22 De Mayo de 2020, aún en las catacumbas de la cuarentena, prolongada otros quince días, hay hitos, que quedarán para el futuro, fijos en la historia, y que sintetizarán, todos los hechos y personajes.
Es indudable, sobre todo para cualquier espectador extraño, que la difusión del coronavirus, encontró amplias autopistas de propagación, en todo el territorio nacional, el 8 de Marzo, con sus numerosas manifestaciones.
Indudable es también, que los sanitarios, desprotegidos, fueron víctimas propiciatorias, como también las Residencias de Ancianos. Y siempre, la ciudadanía, en general, era convidada de piedra, pero también de dolor y muerte, de esta situación.
Cuando pasaban 60 días de confinamiento, y 600 horas de discursos interminables, don Fernando Simón, apremiaba, con la obligación de llevar todos mascarillas, ahora, porque antes no había.
Si terrible ha sido y es la pandemia, infinitamente peor, va a ser la situación económica, que ya tenemos, pero que vamos a soportar durante muchísimos años. Y, ante este hecho, confieso, que soy profundamente pesimista. En medio de la peor recesión, se ha producido el mayor incremento de los salarios públicos, y ya, entre Enero y Abril, el Estado emitió deuda, por 44.500 millones de euros. Aún así, a muchísimos hogares, no ha llegado, ningún tipo de ayuda. “Hay más expertos que batas”. escribía Rodrigo Cortés, en la tercera del ABC. Yo creo, que aunque el árbol no haga ver el bosque, sí que para comprender y abarcar ese enorme bosque, de Ministerios, secretarios de estado, direcciones y subdirecciones generales, no lo podemos compendiar, ni en un Parlamento semivacío, ni en una Comisión de Expertos desconocida, ni otra de Reconstrucción nacional llena de cascotes. NO. Mejor debemos fijarnos, en una simple hoja de papel, firmada por dos sujetas y un sujeto (ahora creo que procede hablar y escribir así): la portavoz de BILDU, de cuyo nombre no quiero acordarme, Pablo Echenique, y Adriana Lastra, “y el papel firmado va a misa”, repican al unísono, Arnaldo Otegui y Pablo en su Iglesia particular. Con la tormenta que está cayendo, y quitan el paraguas de la Ley de la Reforma Laboral, dos mosqueteras y un mosquetero, contra toda España, una España sin empresas, ni sindicatos, ni ciudadanos libres. Pero aún se puede sintetizar más. Solo dos personas nos gobiernan, a través de muñecos de guiñol: Pedro y Pablo. Y hay que tener mucho, muchísimo valor, para, en esta situación, manifestar con cordura, su tremenda inquietud, por estos sucesos, la voz admirable y valiente, de Nadia Calviño, que solo se podría superar, con su salida voluntaria de este gobierno.
Con salud, os deseo.
Antonio Olmedo Manzanares.