Transcribo solo la última hoja (son 9), del Testamento de Garcilaso, como ejemplo para todos, pero especialmente, dedicado a los Políticos, librando ahora batalla, para calificar de una u otra forma, el robo, la dilapación, o el descuido, en el manejo de los dineros públicos, que son nuestros dineros privados, a su servicio.
Sepan quantos esta carta de testamento e húltima voluntad… que tengo deliverado de yr e pasar con la magestad del Emperador don Carlos nuestro señor en Ytalia... e porque la muerte es natural a los hombres, y es cosa cierta, y la ora e día en que ha de ser incierta…
Porque en la guerra de las Comunidades, u en la que se hizo en Francia cuando se tomó Fuenterravía, yo u criados míos, seríamos en algún cargo, que ni la cantidad ni el dueño no se pudiese averiguar, téngase alguna manera o haciendo alguna composición con la Cruzada u otra cosa alguna, con que la conciencia quede segura a consejo de algún letrado.
En en lugar del príncipe de Navarra que se llama Salvatierra, devo a un cirujano, en cuya casa posé quando tomamos aquel lugar, algunas cosas que le comieron; momtarían a mi parecer, cinco o séys ducados. Si se pueden pagar sin hacer más gasto en la diligencia de lo principal….
Devo a un hombre de ay de Toledo, que no sé como se llama , un ducado, el qual le libró en mí Galvarro, un criado que era de don Manrique de Silva; sépase quién es e páguesele, que Gumiel le conoce.
Murió Garcilaso en 1.536, dejándonos como testamento, la mejor poesía de la lengua castellano y su mejor ejemplo, como soldado y ciudadano.
Antonio Olmedo Manzanares,