ADOLFO SUAREZ.
Tuve la oportunidad de conocerle cuando, en 1987, vino a apoyar, con su CDS, mi candidatura al Ayuntamiento de Pájara, gobernado, desde siempre, por Asamblea Majorera. Era mi primera experiencia en política, yo logré la oposición y conseguimos la Presidencia del Gobierno de Canarias con Fernando Fernández. Cuando acabé mis cuatro años, por motivos laborales. me marché a Madrid.
Conocí a un hombre muy cercano, encantador, si no era el tahur del Missisipi -que diría Alfonso Guerra, yo lo veía capaz de vender cualquier cosa, en las distancias cortas.
Honrado, austero, valiente ante todo y ante todos, desconocía las cloacas del Estado o quizás las conocía demasiado bien, y creyó su deber dimitir, desde su mayoría absoluta.
Protagonista firme, frente a los golpistas del 23 F, me causaba bochorno, verle después, en lo alto del hemiciclo, perdido y solo con su amigo Agustín Rodríguez Sahagún.
“Y fíjese en cuán pocos políticos profesionales, han sabido suicidarse civilmente y a tiempo en sacrificio de su patria”. (Dijo Unamuno).
Adolfo Suárez lo hizo, y varias veces.
¡Descansa en paz!.
Antonio Olmedo Manzanares.