El 1 de Mayo de 1402, “un navire quitte La Rochelle á destination des Iles Canaries”. A bordo, un señor normando, Jean de Béthencourt, y otro del Poitou, Gadifer de La Salle, acompañados por dos monjes, para impartir la fe cristiana y relatar los hechos, Pierre Boutier y Jean Le Verrier.
Béthencourt más cortesano que guerrero, y Gadifer, un excelente y curtido soldado profesional. Robin de Braquemont, pariente de Bethencourt, le presta 7.000 libras para la empresa, y con sus excelentes relaciones en la corte de Enrique III de Castilla, y con el Papa, Benedicto XIII, les facilitará bienes y bulas, para que la expedición sea exitosa. Las bulas se extienden no solo a los que participen en la empresa, sino a los que ayuden con el pago del salario, durante seis meses, de un soldado.
Dos motivos por lo tanto en la iniciativa: Cristianizar los territorios conquistados y obtener el beneficio de productos, sobre todo la orchilla, que había en abundancia, y servía para teñir los tejidos. No olvidemos, que le patria de Jean de Béthencourt, se llama Grainville-la-Teinturière, en la baja Normandía.
En principio fondean en la Graciosa, para pasar a Lanzarote, donde construyen el castillo Rubicón y, una noche, se trasladan a Fuerteventura, que ellos llaman Erbane (La Pared). Béthencourt construye el fuerte Richeroque, en la ladera de una montaña, cerca de Pozo Negro. Miden la isla (17 leguas)) y comprueban, que está dividida por un gran muro de piedra: “el país no está muy poblado, sus habitantes son de una gran estatura y difícil de capturar vivos. Comen sin sal, alimentándose solo de carne de cabra (hay 60.000), de la que tienen grandes cantidades en las chozas, que huelen muy mal, por la carne puesta a secar”. Comen suero, como nosotros pan y quesos de una calidad excelente, hechos solo con leche de cabra. Aprovechan también del animal, su grasa y piel.
En Sevilla, le entregan cartas de Enrique III, que le otorga plenos poderes, para acuñar moneda, y concediéndole la quinta parte, de todas las mercancías que llegasen a España, de las Islas.
En su ausencia, los nativos, habían asaltado el fuerte de Richeroque, acabando con los hombres que lo defendían, e incendiando la capilla. Béthencourt reúne todos sus hombres y los de Lanzarote y vence a los indígenas, matando muchos de ellos. Después de varias escaramuzas, comprenden los majoreros, que poco pueden hacer desnudos y sin armas, frente a la artillería de los invasores, y toman la decisión de presentarse a Béthencourt. El 18 de Enero de 1405, es bautizado el rey de Maxorata, Guize, al que pusieron el nombre de Luís, y 41 personas más, y tres días más tarde lo harían otras 22 personas. Y el 28 del mismo mes, el rey del sur, Ayoze, a quien pusieron de nombre Alfonso, también fue bautizado con 46 indígenas.
Béthencourt, concedió los diezmos a las parroquias de Lanzarote y Fuerteventura, hasta que tuvieran un obispo, confiando a Jean Le Masson, el proyecto y construcción de las Iglesias y el 15 de diciembre subió en uno de sus barcos, y partió, entre la sentida despedida de todo el pueblo. Béthencourt, les instó a permanecer como hermanos cristianos en la fe católica, y nombró a su primo Maciot, como su lugarteniente y gobernador de todas las islas. “Os pido a todos que le obedezcáis como a mí mismo. Ordeno, que la quinta parte de los ingresos sean para mí, aunque los cinco primeros años, se destinarán dos partes, para la construcción de las dos Iglesias y, otra parte, para mi primo Maciot”· A los dos reyes de Fuerteventura les dio un lugar y un terreno como le pedían, a cada uno 400 acres de monte y de tierras, y ellos marcharon felices con esta decisión.
A partir de 1406 y hasta 1411 no se encuentra ningún documento que haga mención de Jean de Béthencourt, ni en Francia, ni en España. El 17 de octubre de 1418, con el fin de conservar sus posesiones normandas, Jean, concede un poder a su sobrino Maciot, con el fin de que pueda disponer, de todo lo que afecte a las islas. Pero el 15 de noviembre, Maciot reconoce haber hecho donación a D. Enrique de Guzmán, conde de Niebla, del Señorío y la posesión de todas las islas, con todos los derechos, y sin posibilidad de revocación. (Todo muy extraño).
Aunque Le Canarien, fija la muerte del normando, en 1422, esta acontece en 1425. No tiene hijos que preservaran su apellido.
Antonio Olmedo Manzanares.
