9,30 horas de la mañana, Junqueras con porte de estrella, sube por un paseo vallado, tras el que se agolpan varios centenares de individuos, entregados a la causa, introduciéndose en el núcleo de un centenar de personas.
Suenan canciones… tomba, tomba, se agitan las banderas separatistas entre los flancos formados por cuatro filas de espectadores, casi todos de una cierta edad.
A las 9,40 ¡President! ¡President! ¡Catalunya Independent! El grupo se convierte en comitiva tras Artur Mas, Junqueras y Rovira. Artur, qué gran estadista, desfila saludando a ambos lados con la mano. A las 9,45 sube la escalinata de la entrada principal al Juzgado. Se vuelve, sereno, poniendo una mano en el corazón mientras saluda con la otra al público entregado. Banderas independentistas en la escalinata, emoción contenida… puedo leer un cartel: m´autoinculpo.
¿Refugiados? ¿Deuda? ¿Déficit? ¿Trabajo? ¿Sueños compartidos? No, la sensación de insensata felicidad que me invade, sintiéndome independiente.
Sr. Rajoy: Hoy, hace 75 años que, fue fusilado, Lluis Companys. Ahora, una mayoría absoluta, le daba a usted, le imponía, cumplir y hacer cumplir la Ley. Y es muchísimo más fácil, aplicarla, en la educación bilingüe, en impedir un referéndum ilegal, en la amputación de fondos destinados a la corrupción, al derroche, o a las falsas embajadas. Por desidia, ahora le toca hacer lo más difícil: apoyar firmemente, a los Jueces, en la aplicación del cumplimiento de las Leyes, o suspender la Autonomía. Como legado, nos deja una España invertebrada, y con unos presupuestos electorales, de difícil cumplimiento.
El 20 de Diciembre, es la hora de los Ciudadanos.
Antonio Olmedo Manzanares.