En el País, ya establecieron, hace quince días, el número de fallecimientos, por Covid-19, 44.000, no obstante, aún hoy, el Gobierno apenas cuenta con 28.000, dando, definitivamente por perdidos, para las estadísticas, los 19.514 aparcados y muertos, en las Residencias de ancianos, porque les impidieron pasar, por el torno contador, de los hospitales. El 87% de todos los muertos por Covid-19, son mayores de 70 años, aunque solo el 25%, se reflejan en las UCIS de los hospitales.
No obstante, esto ya es pasado. Gente sin nombre, hacia la nada y olvido, y que seguirá ahí, sin que nadie, haya tomado las medidas necesarias, (hay un Vicepresidente de residencias), para que no vuelva a ocurrir lo mismo, hoy y mañana.
El Gobierno, no ha sido capaz de contar los fallecidos, pero sí de colocarnos en el primer lugar del mundo, de mortandad por habitantes, y con más sanitarios infectados 53.797. En su discurso de dos horas, que nadie busque, reconocimiento de lo acaecido, ni voluntad seria de arreglar el futuro. Ni en su discurso, ni en las preguntas, todas en torno al rey emérito, que, me da la impresión, no gobierna.
Es lo que el País, reflejaba en su página 8 OPINIÓN: “En el discurso de Pedro Sánchez, carente de autocrítica, obvia el pasado y el presente. Los fallecidos están cerca de los 44.000 y 20.000 en residencias de ancianos”. Y, en EL ROTO, del 5 de Junio: “¿Os estamos arruinando para daros de comer”.
La ruina, el desorden, no necesita esfuerzo. Por el contrario, la creación y el orden, parten de una inteligencia previa y un trabajo continuo.
Ningún Gobierno tiene la posesión de la verdad absoluta, y menos éste. 20 prestigiosos científicos (posiblemente no políticos), los mejores en salud pública, han pedido una auditoría sobre lo que ha pasado. ¿Dónde estaban los expertos…?
Es inexplicable, que la lamentable conducta del rey emérito, sirva de cortina de humo, en todas las televisiones, para tapar los errores del pasado y difuminar, las escasas medidas, para corregir el rumbo, hacia una ruina colectiva. La sociedad, como el individuo, es muy capaz, de sufrir una larga agonía, y llegar incluso, a la muerte de la democracia.
Posiblemente, es lo que buscan algunos.
Sé que seguirán empecinados en el error. Sé que sería fácil, para una persona de bien, suprimir la mitad de los ministerios, con sus múltiples derivaciones clientelares. Sé que es fácil, tender la mano y aceptarla para, con un proyecto común, sacarnos de esta crisis. Sé, que es muy fácil, legislar y no permitir, que exista ni un solo diputado, que no acate la Constitución, y vaya contra España, y sus símbolos. Sé, que es muy fácil, hacer lo mismo con los diferentes Gobiernos Autonómicos, sin permitir insultos y desplantes de Presidentes, cuyo poder emana de una Constitución común.
Sé, sabemos todas las personas de bien, que es muy fácil acatar la Ley y las normas de cualquier empresa. Pero también sabemos, que es imposible, para personas que no han trabajado en su vida, y pretenden etiquetar al ciudadano, como facha, o rojo, o ultra…
Seguimos con los presupuestos de Montoro, cuando vamos a tener un desplome, de más del 20% del PIB, cercano a los 300.000 millones de euros, y una subida de la deuda y el déficit, acercándose a esa cantidad. Con un paro espantoso, sería contraproducente, subir impuestos, a una sociedad que va hacia la pobreza. ¡Derechas! ¡Izquierdas! No. Maniegos como se autodefinía Miguel de Unamuno. Siéntense y no se levanten hasta ponerse de acuerdo. Si no, por desgracia, nos iremos todos al carajo.
Otro Agosto de reflexión y bochorno. Pendientes de Waterloo, Nuestro César, por fin en la Mareta, con su Falcon, casi al mismo tiempo que llegan más de 500 migrantes a la isla y a Fuerteventura.
Este Agosto será para recordar. España en almoneda, al servicio de quienes quieren romperla. Vendrá Septiembre, aflojará el turismo y nos abrigaremos, en la pobreza, con una deuda insoportable. Necesitaremos mucha suerte y valor, en unos cuantos.
Antonio Olmedo Manzanares.